El 2014 fue el fin de ciclo para varias parejas en la Fórmula 1, en especial para dos, la primera Ferrari y Fernando Alonso, unidos desde 2010 y la de Red Bull y Vettel, desde 2009. Ambos cambian de roles para el 2015, el segundo se va para la escudería del primero y el asturiano para McLAREN. La noticia de la llegada de Vettel a Ferrari ya se veía venir desde el GP de Japón en Suzuka pero no se pudo hacer oficial hasta la última carrera, en Abu Dabi. La entrada del alemán suponía la salida de uno de sus pilotos, ambos con contrato para 2015, pero Fernando podía abandonar el equipo debido a su bajo rendimiento y así hizo.
Sebastian Vettel ansiaba este momento, su llegada al Cavallino Rampante, escudería a la que idolatra desde pequeño, cuando veía a Schumacher peleando con esos monoplazas, al principio poco competitivos pero con los que luego arrasó. El tetracampeón del mundo tiene mucho tiempo para dedicarse a este proyecto que es muy largo para Fernando y este ansía ganar, lo desea con muchas fuerzas.
Por su parte, Ferrari sigue a lo suyo, despidiendo gente y haciendo remodelación del equipo, Marco Mattiaci el iniciador del movimiento es uno de los grandes en caer y dejar su puesto a Mauricio Arrivabene, vicepresidente del consorcio de Philip Morris (Marlboro). Tras la marcha de Luca Cordero di Montezemolo el cual es sustituido por Sergio Marchionne, con esta retirada, al Fórmula 1 pierde a uno de sus mayores y más importantes representantes, algo que califica Bernie Ecclestone como algo similar a la muerte de Enzo Ferrari. La Scuderia también echa a Marmorini director de electrónica y motor, puesto que será ocupado por Mattia Binotto y la dirección técnica ya dirigida totalmente por Allison.
Sebastian va a tener que competir con un Kimi Raikkonen que dejó muy mala imagen este año ante Fernando Alonso el cual le machacó en carrera con un 16-3 y en calificación 17-2, unos datos aplastantes hablando de todo un campeón del mundo de Fórmula 1. La unión de estas tres piezas puede funcionar nadie dice lo contrario pero es imposible que en el 2015, la bandera de Ferrari aparezca clavada en la cumbre del campeonato y durante dos años más tampoco, es un proyecto a muy largo plazo que puede ser muy similar al de Schumi.