El 2014 es el año de la revolución de los motores de la Fórmula 1. En primer lugar, la unidad de potencia se divide en cinco elementos independientes y son todos tan importantes que cada uno implica una sanción si se avería. La primera parte es muy conocida, el motor de combustión, este es un V6 con 24 válvulas, 4 por cilindro, que sólo mide 1600 cc pero que es capaz de generar 600 CV de potencia y gira hasta 15000 rpm con 8 velocidades, aunque Mercedes sólo usa 7. Luego nos encontramos con el turbocompresor, más conocido por turbo, que regresa a este deporte desde 1989. El motor Mercedes es el único que tiene separados el turbo y el compresor para conseguir una mayor potencia pero a la vez mejor refrigeración.

La última parte es la batería, mucho más potente y con mayor capacidad de almacenaje, esta es una pieza clave porque a partir de ella se pueden ganar o perder mucho tiempo. Por ejemplo una mala refrigeración de esta reduce la potencia del vehículo y si esta no es lo suficiente potente podemos ver problemas de caballería en los monoplazas como le sucedió a Fernando Alonso en las primeras citas del mundial. Los motores de este año tendrán que ser refrigerados por agua con aceite mayoritariamente porque con el aire apenas lo conseguirán, este no será capaz de mantener el motor en propulsor en temperatura óptima.
El motor de este año es mucho más complejo que el de otros años y los pilotos deben pelearse con un sistema eléctrico y electrónico mucho más difícil y con parámetros que antes apenas tenían que vigilar como es la gasolina, al limitar el consumo a 100 kg.
En principio esta es la explicación básica del funcionamiento de los motores de este año y espero que resolváis algunas de vuestras dudas sobre este apartado complicado de la Fórmula 1.
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